Sueños, Salud y Muerte. Compromiso adquirido por las Acciones de Tutela

Por Diego Alejandro Londoño Molina

androide_paranoico4@hotmail.com

honestidad.brutal01@gmail.com

Son las ocho en punto de la mañana y me dirijo hacia el cuarto piso del Centro Administrativo Municipal de itagüi CAMI, donde esta ubicado el Juzgado Primero Penal Municipal. Es una mañana gris, fría, el ruido del tráfico aturde la gente, que pasa desprevenida. En solo un segundo estoy rodeado por una gran mole, todo un bosque con pinceladas de cemento. Ingreso al recinto, camino despacio, el aire se torna denso, hostil, la palabra en susurros espía la confrontación, la suerte vuelta un sueño invade cada una de las salas de audiencia.

Los casos e historias existentes en este lugar son miles, comunes para quienes lo frecuentan, inusuales para otros que a diferencia, evaden o ignoran. De todos estos casos la gran mayoría son acciones de tutela, afirma el escribiente del juzgado Juan Alberto Zapata; esto se debe probablemente a su trabajo por la defensa de los derechos humanos y que están fácilmente al alcance de todos los ciudadanos, entre ellas las más frecuentes a su vez son las relacionadas con el derecho fundamental de la salud.

Me encuentro con una historia especial, me llama la atención porque muestra la realidad de como el derecho a la salud se ve degradado totalmente hasta el punto de presión, en ocasiones estos casos quedan en la impunidad por falta de información y conocimiento de nuestros derechos fundamentales. Es el caso de un taxista de 24 años, que luego de una angustiosa y sufrida espera, encuentra la tranquilidad y la oportunidad con la que sueñan cada uno de los pacientes que necesitan un riñón para vivir, luego de la espera por fin recibe su trasplante; fue muy afortunado, ya que según la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional de Colombia sede Bogota; en Colombia hay cerca de 17 mil pacientes en diálisis que es el procedimiento médico a seguir después que los riñones dejan de funcionar, de estos, a sólo un 10 % es decir 1,700 se les hace el trasplante, mientras que un 10%, 1,530 pacientes pueden morir durante los dos próximos años esperando un riñón.

A principios de 2008, a pesar que el paciente recibió el trasplante de riñón, requería una droga mensual por un año para la adaptación de este nuevo órgano, incluida en el POS y con un valor cercano al $1’500.000; que para la mayoría de las personas seria imposible de sostener a pesar que su vida dependa de ello y de su inmediatez. Luego de la cirugía, su EPS nunca se la entregó y tras visitar continuamente la entidad en busca de soluciones y encontrar solo excusas y rechazos, se ve obligado a entablar contra ella una acción de tutela como único medio para hacer valer su derecho fundamental a la Salud; la acción de tutela es entonces, la primera opción que garantiza a todas las personas la protección judicial e inmediata de sus derechos fundamentales. Es importante este último aspecto pues en este caso por ejemplo, se requiere una respuesta rápida y eficaz, ya que la vida del paciente depende de ella. La acción de tutela cuenta con 10 días hábiles para dar un fallo, aunque si la situación no puede esperar 10 días, se puede pedir al juez desde el mismo momento de la presentación de la acción de tutela, que ordene las medidas de conservación o seguridad necesarias para proteger el derecho amenazado o vulnerado, puntualiza el escribiente del juzgado.

Proferido el fallo, en este caso a favor del denunciante, se conceden 48 horas correspondientes a cinco días laborales para que la EPS cumpla la decisión del juez encargado, es decir, la entidad en este caso le debe entregar la droga al paciente a tiempo y hasta el término de su tratamiento. Luego del plazo y que la petición hecha por el juzgado no se cumpliera, el denunciante regresó a las instalaciones de la EPS buscando una alternativa de conciliación, encontrando solo evasivas y distorsiones en la información, deplorando así la calidad de la prestación del servicio nuevamente.

Al ver la sencillez en el tramite e intervención de una acción de tutela se puede pensar que no es de completa efectividad, pero por ser el único mecanismo para la defensa de los derechos fundamentales no se queda en un simple fallo, trasciende hasta el punto que en casi la totalidad de los casos se vela y restaura la integridad de la persona. Luego del fallo existe otra intervención penal insistente y verídica que toma decisiones más radicales; si no se cumple con el fallo, el denunciante debe recurrir nuevamente al juzgado y este sancionará por desacato a la persona responsable de la entidad que no procedió conforme a lo ordenado y se adoptarán directamente todas las medidas para el cabal cumplimiento del fallo otorgado; en este caso a la gerente de la EPS, con la que el juez inicialmente intento comunicarse y ante lo cual se encontró en una situación similar a la del denunciante a pesar de su autoridad en el caso, tras continuas negaciones, el juez dicta el correspondiente procedimiento disciplinario contra ella y la sentencia a 10 días de cárcel o hasta el término del cumplimiento total del fallo de la tutela.

Como medida inmediata y como si lo más importante no fuera la vida del paciente sino la libertad del denunciado, el paciente recibe una amable llamada de su EPS y la droga que tanto espero llega por fin a su casa, para demostrar con un poco de cinismo el contacto que la EPS mantiene con sus pacientes y la preocupación continúa por su integridad.

De esta manera, la degradación total de la prestación de servicios vitales en nuestro país, llega al punto que importan más los intereses económicos de un colectivo, que la vida y la integridad física de un individuo. La labor bajo presión se ha convertido en el detonador que remedia los daños de una forma irónica, resignada, insensible, manteniendo así su perfil de buen trato, servicio, cuidado y atención con los pacientes.

Al final, al salir de esta hipnotizante y desconcertante historia que se esconde tras un cúmulo de papeles empolvados, enumerados, vacíos de sentimientos y esperanza, que piden un poco de atención, sigue latente el corazón de un hombre luchador que vio su vida como algo más que un sueño por cumplir, que no se dejo vencer tras las adversidades, que pensó en su familia y su integridad y encontró en la acción de tutela, un mecanismo de defensa que creía no existía en una sociedad de injusticias a flor de piel.

De los aduladores…

Por Johnatan Jesús Clavijo
Johnatan1058@hotmail.com

El actual Presidente de la República, el doctor Álvaro Uribe Vélez, es un líder popular pero solo, como lo manifiesta el artículo de la Revista Cambio en su edición Nº 761, donde se le da el titulo de popular de acuerdo al último sondeo de la encuestadora Gallup en la cual el señor Presidente tiene un sorprendente 80% de favorabilidad, que lo deja muy bien parado en épocas donde los difíciles suelos internacionales arremeten fuertemente al gobierno colombiano. El rotulo de solo que se le da al mandatario, es explicado bajo la cuestión de que sus actuales colaboradores –entre los que se codean ministros y asesores- no son lo suficientemente buenos como los que tuvo Uribe en su anterior mandato.

Este último calificativo es totalmente acertado, pues en situaciones como las actuales donde las relaciones internacionales con algunos de los países latinoamericanos están fuertemente afectadas, el Presidente está casando peleas constantemente con la Corte Suprema -uno de los más honorables organismos de la República-, mientras los ministros y asesores se escudan bajo la figura presidencial y dicen prácticamente lo mismo que el mandatario o callan cuando el lo hace. Esto demuestra que Uribe está rodeado por aduladores, como son llamados este tipo de personas por el padre de la política moderna Nicolás Maquiavelo, en su libro El Príncipe.

Estos aduladores, de acuerdo al mal entendido e inexplicablemente desprestigiado Maquiavelo, se caracterizan por siempre estar de acuerdo con todas las decisiones del príncipe (en este caso mandatario, aunque el anterior caracterizo no está muy desprendido de la realidad) y no le hacen caer en cuenta de sus errores pensando que al decir la verdad o mencionar una opinión en contra podrían ofenderlo.

Para una “inteligencia superior” o “ser superior” -como se atrevió a llamarlo el asesor presidencial José Obdulio Gaviria en el artículo anteriormente mencionado-, que demuestra su interés de centralizar el poder en la rama ejecutiva, osea en sus manos y solo en las suyas; también se hace necesario escuchar consejos que lo hagan poner los pies en la tierra y que lo lleven a tomar decisiones acertadas, aunque, como se expresa en El Príncipe, “nazcan de la prudencia del príncipe, y no la prudencia de los buenos consejos”.

Si Uribe quiere mantener su buena imagen -que increíblemente aún viene creciendo después de un segundo mandato desastroso y decenas de escándalos como los de “La gata”, la parapolítica y el más reciente marica presidencial- tiene que rodearse de personas más capaces y menos aduladoras que pueden llevar al fracaso al líder de las góticas milagrosas, que no solo agrupa en su manto al país embobado con su gobierno, sino que también hace yoga, trota y tiene tiempo de ir a una que otra misita; además de ser la única cabeza de un uribismo, también adulador, y que al parecer acabara en el 2010 si Uribe no se encarga de preparar a uribito o nada más y nada menos que a Juan Manuel Santos, actual Ministro de Defensa, y quien según la encuesta de Gallup, es el mejor ranqueado del gabinete <>; o peor aún, lance su tercera candidatura en un garrafal ataque a una democracia en coma profundo.

Al Presidente resta decirle que lo mejor que puede hacer para salvar su gobierno y a si mismo, como lo diría Maquiavelo, es: “rodearse de los hombres de buen juicio de su Estado, únicos a los que dará la libertad para decirle la verdad, aunque en las cosas sobre las cuales sean interrogados y sólo en ellas. Pero debe interrogarlos sobre todos los tópicos, escuchar sus opiniones con paciencia y después resolver por si y a su albedrío. Y con estos consejeros comportarse de tal manera que nadie ignore que será tanto más estimado cuanto más libremente hable”.


Y ojo Uribe que hay que estar precavido en tiempos buenos (para él nada más, porque la inflación subió conjuntamente con la pobreza), pues no se sabe cuando aparecerán los malos.






En Itagüí sí hay Víctimas [1]

Por Carlos Andrés Cardona Ramírez[2]

El pasado sábado 1 de marzo diferentes organizaciones sociales, comunitarias locales y nacionales se dieron a la tarea de visibilizar la problemática de los crímenes de estado en el municipio de Itagüí[3].


En pleno parque del municipio, a las 3 de la tarde y en presencia de la lluvia instalaron la galería de la memoria histórica de las víctimas –carteles, cuadros, pancartas, pendones-. Los mismos familiares decían: “este es mi hijo” lo cual deja ver el tormento de una familia que ha tenido una víctima por causa del estado, - o de algunos de sus aparatos de la muerte -, una realidad negada insistentemente por ellos mismos.

Decenas de personas asombradas con la inusual actividad se dejaron convocar a leer los carteles, donde se veían las fotos de las víctimas, los que en algún momento estaban vivos y hoy están desaparecidos, desplazados, asesinados, masacrados, encontrados en fosas comunes, ejecutados… el silencio de las observadores era contundente, y los pocos cometarios fueron desgarradores, una señora dijo: “mirá tan joven esa niña… tan parecida a…”, en el acto se echo la bendición y se retiró del espacio.

El homenaje a las víctimas realizado en el parque de Itagüí fue registrado por diferentes medios alternativos de comunicación; también fue mencionado en la columna de Iván Cepeda “La trascendencia del 6 de marzo” en el semanario El Espectador, el noticiero Caracol en su emisión de televisión del 1 de marzo a las 7 PM mostró la noticia y 29 de febrero en el tiempo.com sección política. Del mismo modo fue registrado por la sensibilidad de los habitantes de uno de los municipios donde sus autoridades aún no hablan sobre el tema, que hacen caso omiso a las acciones que atentan contra la vida y la dignidad.

A manera de calistenia social donde se asume responsablemente la ciudadanía, corresponde el 6 de marzo salir a marchar, a demostrar lo invisible, lo indecible. Vamos a las calles a repudiar las acciones de la barbarie organizada impunemente, saludemos la esperanza en honor de los que hoy no están con nosotros. Que nuestras voces el 6 de marzo digan con fuerza: ¡Amamos aún en tiempo de guerra!.

Y que las bellas acciones que reivindiquen la vida, como la realizada en Itagüí, no se queden en los actos de ese día, que este tipo alientos sirvan para avanzar en la consolidación de escenarios democráticos, como la creación de un comité popular por los Derechos Humanos en el municipio, el cual le hace a la verdad y la justicia.



[1] Nombre de la actividad que se desarrollo el 1 de marzo de 2008 en homenaje a las víctimas del Municipio de Itagüí.

[2] Presidente de la Corporación Nueva Gente, dirigente del PDA, docente universitario kalichekardona@yahoo.es

[3] Municipio de 17 kilómetros cuadrados, donde se encuentra ubicada la cárcel de máxima seguridad, allí están recluidos los principales cabecillas de los Paramilitares. Itagüí se está al sur del área metropolitana de Medellín.